Qué son las criptomonedas y cómo funcionan

En 2008, mientras asistíamos al hundimiento del sistema financiero mundial, nació bitcoin, la primera criptomoneda, un medio de pago digital. Dogecoin, Binance Coin, Ripple, Cardano, Litecoin, Ethereum… otras tantas han ido surgiendo desde entonces y hasta la fecha muchos son los inversores que se han visto atraídos por ellas, tal es el caso de Bill Gates o el excéntrico Elon Musk. ¿Qué tienen de particular estos famosos -y polémicos- criptoactivos?

Cuando se creó bitcoin, se estableció que se emitiría una cantidad finita de unidades monetarias, que se fijó en 21 millones. La particularidad del sistema reside en que la emisión de esta moneda es un proceso constante, basado en tecnología blockchain.  Las transacciones se van registrando en una cadena de bloques (blockchain en inglés), que es una especie de registro en el que participa una red de miles de ordenadores conectados entre sí. Estos ordenadores aprueban todas las transacciones que se hacen, a través de miles de millones de cálculos por segundo. Las transacciones se van uniendo en bloques, los bloques se van “sellando” con un código alfanumérico y se van concatenando unos con otros, formando una cadena, de tal manera que cada bloque nuevo posee todo el historial de la transacción. Esto hace que se trate de una moneda completamente descentralizada y muy segura.

Los “mineros”

Cualquiera puede participar en el proceso. Para ello se necesita aportar un ordenador con gran capacidad de proceso y computación y, por tanto, mayor consumo energético que los equipos convencionales. A los participantes en el proceso se les llama “mineros” y obtienen una comisión por realizar las transacciones. Si consiguen cerrar un bloque, recibirán una cantidad de bitcoins que, dependiendo de la cotización, supondrá  una u otra cantidad en moneda fiduciaria (euros, dólares, etc.). Los “mineros” compiten por validar todas las transacciones que les permita cerrar un bloque y así obtener bitcoins. A través de este proceso se emite la moneda. Se calcula que para el año 2.140 se habrán puesto en circulación los 21 millones de bitcoins.

La descentralización es una característica intrínseca a las criptomonedas. No hay ningún gobierno o Banco Central que pueda apropiarse, centralizar o manipular la moneda. Existe descentralización para la emisión de la moneda, como acabamos de explicar, pero también para su transferencia. La red no tiene ninguna potestad de autorizar o denegar operaciones, sean lícitas o ilícitas, los participantes son anónimos y para ello se usa una encriptación que incluye claves públicas y privadas. Resulta imposible identificar la clave pública del usuario con ningún dato personal.

Extrema volatilidad

Desde la óptica del inversor hay que advertir que bitcoin y las cripromonedas son mercados complejos, con extrema volatilidad y la CNMV y Banco de España han recalcado, en distintas ocasiones, la importancia de tener presentes estos riesgos. Su precio, que era de 0,01 dolares en su creación, ha llegado a estar por encima de los 68.000 dólares, pero también ha sufrido grandes caídas y de hecho el precio actual ronda los 36.000 dólares (ha caído casi un 50% desde noviembre de 2020). Como se trata de una inversión atractiva para los especuladores, la presencia de este tipo de inversores agudiza aún más la volatilidad.

En resumen, las criptomonedas, se basan el sistema blockchain, abierto, seguro y descentralizado, es completamente revolucionario, y tiene potencial para aplicarse y dar impulso a muchos y diversos sectores, pero desde el punto de vista del inversor podemos considerarla como una opción extremadamente arriesgada y volátil, con posibilidad de obtener grandes beneficios pero también….. grandes pérdidas.