Entrevista en profundidad en el Anuario de la Economía Asturiana a nuestro director general, Antonio Romero.

Somos La Caja de las Empresas. ¿Qué emana de esa frase tan categórica y directa?

“Nuestra forma de hacer banca cooperativa nos obliga cada día a buscar nuevas alternativas a nuevos problemas. Tratamos de adaptar nuestro modelo de negocio a la exigente demanda de nuestros clientes. La Caja de las Empresas es un slogan que pretende resumir nuestro modelo de negocio en el que el cliente es el epicentro. Combina el concepto Caja, que representa cercanía, arraigo y compromiso con nuestro territorio, con el apéndice nuestras empresas que es nuestra apuesta decidida por la especialización y asesoramiento. No es un simple slogan. Dedicamos importantes recursos para acreditarlo. Para nosotros, cada empresa no es un mero número en una celda aislada de una tabla de excel. Las empresas tienen vida, rostro, proyectos, ilusiones y somos conscientes de la riqueza que aportan a nuestra comunidad, por lo que tratamos de ser un socio fiable y cercano.

Así, sin entrar en el detalle, estos últimos años, al igual que el resto del sector, nos vimos obligados a pisar el acelerador innovando en procesos y digitalizando procedimientos para dar soluciones ágiles a nuestros clientes. Personalizamos nuevos productos y servicios que se adaptan a esta realidad cambiante que nos ha tocado vivir. Tras leer las necesidades de nuestros clientes, La Caja de las Empresas nació en este contexto, para dar el apoyo necesario a nuestro tejido industrial.”

¿Cuál es el papel que tienen las oficinas en su modelo de negocio?

“Creemos que es muy importante ser accesibles y facilitar la relación con nuestros clientes. Pretendemos ajustarnos a sus demandas, no que se adapten a nuestras propuestas. Por esta razón, mantenemos nuestra estrategia de apuesta por la red física de oficinas dentro de una amplia oferta omnicanal. Es una ventaja competitiva importante.

Es más, estamos en pleno proceso de crecimiento, abrimos en la localidad de Pola de Somiedo y en los próximos meses llegaremos a las 115 sucursales con una nueva en Gijón y nuestra primera oficina en Madrid que dará servicio a los más de 40.000 asturianos que residen en la capital. La cercanía y la proximidad son nuestra manera natural y espontánea de actuar. Es más, creemos que el cliente sabe valorarlo.

La oficina como espacio de encuentro es importante en nuestro modelo de negocio. En concreto, nuestras oficinas de empresa, sin duda, están siendo un gran soporte para nuestros clientes y su vocación es la de proporcionar un espacio de encuentro donde aportar soluciones válidas, alentar iniciativas comerciales y formativas, respaldar proyectos y propiciar, en definitiva, la generación de sinergias y riqueza.

Seguimos trabajando en mejorar los espacios y puedo adelantar que hemos sido pioneros en recibir el certificado de sostenibilidad español VERDE en todas nuestras nuevas oficinas. Este diploma del sistema constructivo gestionado por Green Building Council garantizará la mejora del confort y la salud de los trabajadores y de los usuarios, además de primar el ahorro de recursos y la mejora del medioambiente.”

¿Cree que la oficina y los canales digitales son conceptos que pueden convivir, o por el contrario la digitalización fagocitará a lo “analógico”?

“Por supuesto, esta convivencia es patente en nuestros días. Nuestra apuesta siempre es la flexibilidad que facilita las relaciones. Disponemos de todo tipo de canales, tanto físicos como en la red, abiertos y disponibles 24 horas al día. Nuestra pertenencia al grupo Caja Rural y participación empresarial en las tecnológicas del grupo como Rural Servicios Informáticos, nos permite estar a la vanguardia de la transformación tecnológica que afecta a los procesos financieros. Espero que conteste parcialmente a su pregunta, pero personalmente creo que se está produciendo un cambio estructural con profesionales que unen el mejor talento financiero con el talento digital.”

En este contexto de crisis geopolítica que llega a todos los rincones del mundo, escalada del Euribor e Inflación, envejecimiento de la población, etc. ¿Cómo cree que puede afectar todo ello, y en qué medida, a la misión y objetivos de La Caja?

“Como bien dices, el panorama no es el deseado. No hay duda de que estos dos últimos años han sido los más complejos de nuestra historia. Pero una de nuestras ventajas competitivas es el poder adaptarnos rápidamente a la demanda. Para nosotros la prioridad es lograr que las empresas crezcan y generen empleo. La fortaleza de nuestro balance nos da la capacidad de seguir creciendo orgánicamente y estaremos ahí, como siempre, para atender sus necesidades financieras. Nuestra responsabilidad ahora es trabajar por el bienestar de nuestro tejido productivo y garantizar así una recuperación rápida y sostenible.Seguiremos apostando firmemente por la colaboración público-privada, por apoyar a las instituciones empresariales, por aunar esfuerzos frente a los grandes retos, presentes y futuros, de nuestras PYMES, las grandes creadoras de empleo en nuestra economía.”

Aterricemos estrategias y objetivos. ¿En qué se materializa la contribución de Caja Rural al desarrollo económico y social de Asturias?

“Mantenernos fieles a nuestra misión de contribuir al progreso de las personas y empresas es nuestro compromiso.Seguimos una senda de crecimiento, consolidando y reforzando nuestra posición en el mercado, pero sin perder de vista el objetivo: queremos crecer, pero no a cualquier precio. Deseamos un crecimiento responsable socialmente.

La Caja es un gran instrumento al servicio del desarrollo económico de Asturias. Es necesario enfatizar este mensaje porque es muy relevante. El crecimiento de nuestra inversión crediticia tienen un efecto director y cuantificable en la economía asturiana, actuando como palanca, facilitando la implementación de proyectos y el desarrollo de tejido productivo asturiano.

Adicionalmente, en cuanto a nuestra contribución al desarrollo social, el pasado año hemos apoyado a la sociedad asturiana con aproximadamente dos millones de euros. Durante los últimos años, nuestra Obra Social ha centrado sus esfuerzos en tres grandes áreas de trabajo con la esperanza de contribuir al progreso de la sociedad asturiana: ofrecer oportunidades de mejora en su formación a jóvenes cualificados; promover el desarrollo de la investigación, y actuar con determinación en el campo asistencial y la atención social como principal estandarte en respuesta a los graves momentos que recientemente hemos pasado.

Somos conscientes de que todo es poco, pero como banca cooperativa que somos damos la misma importancia a los comportamientos que a los resultados porque los primeros hacen que los segundos sean sostenibles en el tiempo.”

Hemos tenido un largo ciclo de turbulencias y desafíos. Las crisis financiera del 2008, las tensiones del Euro y los altos spreads de la deuda en Europa “del Sur”, intereses negativos desde 2016, COVID, invasión de Ucrania…¿Han transformado o contornado estos eventos la forma de hacer banca?

“Por supuesto, es innegable que el sector financiero se ha transformado en estos últimos años. Es más, en nuestro caso y fruto de estos cambios ejercemos una banca omnicanal, presencial y digital, personal y profesional, que responde a los retos de la economía globalizada.

Disponemos de gestores digitales, incrementamos exponencialmente el uso de plataformas colaborativas, introducimos servicios de valor añadido en beneficio de nuestros clientes (nuevas herramientas a su disposición, como la de búsqueda de subvenciones o simuladores de distintos tipos), mejoramos y renovamos nuestro canal digital (Ruralvía).

Existe un mayor control de los organismos reguladores y la sostenibilidad ha cambiado la forma de hacer. Quien quiera estar en la economía y la empresa de nuestro tiempo, tendrá que estar en el mundo de los criterios ESG. Cualquier otra posibilidad no existe.

No obstante, a pesar de estos grandes cambios, no todo es mutable. En nuestro caso, nos hemos esforzado en mantener nuestra esencia y valores que nos han permitido llegar hasta el presente como entidad financiera asturiana independiente y autónoma y que alienta e impulsa nuestro crecimiento.”

¿Cómo describiría la situación actual del tejido empresarial asturiano?¿Cómo cree que va a evolucionar el modelo productivo de la región?

“Creo que, en general, no conocemos a todo el excelente tejido empresarial asturiano. Tenemos empresas que son verdaderas referencias a nivel nacional e internacional.

En relación al momento actual, las empresas siempre sufren en momentos de incertidumbre, con menos estabilidad, pero también en estos momentos surgen y se vislumbran nuevas oportunidades. Y para ello contamos, no solo con empresarios con una sólida trayectoria e indudable compromiso, sino también con equipos directivos muy profesionales y solventes, capaces de enfrentarse a los retos que se presentan de manera continua y superarlos con éxito.

En cuanto a la evolución del modelo productivo, se está apostando con fuerza por elementos estratégicos, que están en la base de la competitividad y crecimiento de las empresas, como la transformación digital, la innovación, la internacionalización, la sostenibilidad, la retención del talento…

Nos diferenciamos, cada vez más, en el valor añadido y la calidad de nuestros productos. Así, están empujando con fuerza sectores de actividad muy vinculados a las energías renovables, las empresas tic, el sector biosanitario, las vinculadas a la economía circular…

Pero, a su vez, hay una evolución competitiva constante de actividades tradicionales asturianas: el sector metal, las empresas agroalimentarias, los astilleros, la producción de bienes de equipo, el sector químico, etc. Tenemos que favorecer e incentivar la competitividad de nuestras empresas.”

¿Es Caja Rural, a día de hoy, la entidad de referencia de las PYMEs asturianas?

“Ciertamente la frase con la que comenzamos esta entrevista lo resume perfectamente: nos sentimos La Caja de las Empresas. Así lo vivimos y percibimos. Esta relación, cimentada y reforzada con el tiempo, es dinámica. Luchamos por mantener estable el compromiso, la cercanía que da confianza y una oferta competitiva y ajustada a las necesidades particulares. Somos una Caja moderna, sólida y comprometida con el territorio y sus empresas, un socio financiero leal, fiable y estable. La mejor prueba es la respuesta de las empresas: un número significativo y creciente, en concreto y por un ejemplo en torno al 60% de las empresas que facturan más de un millón de euros, cuentan con nosotros para financiar sus proyectos, sus necesidades de circulante y prestar los habituales servicios bancarios.”

¿Qué diferencia Caja Rural de sus competidores?

“Estamos convencidos de que nuestra oferta actual reúne todos los requisitos que las empresas demandan: tratamos de combinar cercanía, valores, calidad, fiabilidad y confianza operativa. El resultado de esa conjunción se convierte en una insignia de actuación diaria cada vez más valorada y propia de una cooperativa de crédito líder en Banca Cooperativa.

Esta percepción de la banca cooperativa local con visión global, arraigada al territorio, integrada en el tejido industrial y que contribuye decisivamente -y por distintas vías- al crecimiento económico y social regional, está muy desarrollada en las comunidades autónomas con mayor bienestar y crecimiento de nuestro país, así como en países de nuestro entorno con mayor relevancia industrial.

Es fácil entender que tenemos un destino común porque el éxito de nuestras empresas será el de La Caja. Esta reflexión, tan simple como evidente, es la esencia de nuestra apuesta decidida por la iniciativa empresarial. En una coyuntura de importantes recortes de costes y ofertas de servicios en nuestro sector, nosotros hemos apostado por incrementar cuantitativa y cualitativamente los recursos disponibles para nuestro cliente empresa.”

Atrévase con un pronóstico. En los próximos años, ¿cómo ve la Caja Rural de Asturias en términos de cuota de mercado, volumen de negocio y percepción de la calidad de servicio al cliente (NPS)?

“Es este futuro que empieza hoy, Asturias, como el país, no parte de una posición ventajosa pero tiene un gran potencial. Nuestros empresarios, pymes y profesionales tienen una base industrial, centros de I+D y tecnológicos capaces de atraer el talento, una gran universidad y sobre todo un deseo de mejorar y de buscar alternativas al modelo tradicional en pro de una progresiva digitalización.

Nuestra obligación como banca cooperativa es asumir nuestro rol protagonista, escuchar a la sociedad que está demandando alto y claro cambios sostenibles frente a modelos productivos pasados y dar respuesta desde el optimismo, la profesionalidad y la creatividad a estos nuevos retos. Sin olvidarnos nunca del bagaje de valores de nuestros pioneros: profesionalidad, talento y honestidad.

Observo con confianza el futuro. Nuestra situación económica es equilibrada, somos una entidad financiera moderna y dinámica y nuestros cimientos son sólidos, respaldados por nuestras reservas. No se aprecian tensiones en nuestra base social y estamos integrados en un grupo muy consolidado en torno al Banco Cooperativo.

Pero en vez de pronosticar, prefiero hablar de trabajar día a día, semana a semana, para ver resultados a largo plazo. La experiencia nos dice que el camino a seguir es el de mantener el esfuerzo, la cercanía y la humildad. Nuestra estrategia seria, exigente y alineada con dichos principios, mantendrá el retorno para nuestros socios y consideración para nuestro equipo humano, singular protagonista de nuestro futuro.”