La incertidumbre es inevitable y afecta a prácticamente todas nuestras decisiones económicas. Lo que gastamos o ahorramos, o las inversiones que hacemos dependen del grado y del tipo de incertidumbre que enfrentamos. Por ello, identificar las distintas fuentes y medir la incertidumbre es importante para realizar un buen análisis económico.
Qué es la incertidumbre
En economía, la incertidumbre es la dificultad para predecir la evolución de algunas de las variables económicas o de la actividad económica en su conjunto.
Acontecimientos disruptivos, inesperados, o/y poco frecuentes suelen provocar aumentos de la incertidumbre. Un ejemplo fue la pandemia del Covid-19, un evento extraordinario cuyo impacto e implicaciones económicas eran muy difíciles de evaluar y que disparó los niveles de incertidumbre.
Normalmente, cuando se asimilan o resuelven este tipo de situaciones la incertidumbre se reduce.
Cómo afecta la incertidumbre a las decisiones económicas
La incertidumbre es importante para todos porque cada decisión económica que nos planteamos implica hacer suposiciones sobre el futuro de la economía, la propia o la del país. Si vemos el futuro claro y predecible, aunque sea negativo, podemos prepararnos y tomar decisiones acordes con esa expectativa. Por el contrario, si el futuro lo vemos incierto, aplazaremos o no tomaremos algunas decisiones.
De la teoría económica y de numerosos estudios empíricos, sabemos que un aumento de la incertidumbre afecta a las decisiones de los hogares, empresas y entidades financieras de distintas maneras y que tiene un impacto negativo sobre la actividad económica.
Por ejemplo, un aumento de la incertidumbre tiende a provocar retrasos en los proyectos de inversión y de contratación de las empresas; un impacto que suele ser mayor en aquellas empresas que tienen mayores restricciones financieras, como las más jóvenes, las más pequeñas o las más endeudadas.

Cómo se mide la incertidumbre
En líneas generales, los economistas utilizan uno o varios de estos tres enfoques principales:
- Cuantificando la volatilidad que se observa en los mercados financieros.
- A través de encuestas entre los agentes económicos. En concreto, valorando la dispersión que existe entre sus opiniones sobre alguna variable económica en el futuro.
- Analizando las noticias de prensa donde se describen situaciones que reflejan incertidumbre.
En este caso, nos enfocamos en la tercera de estas metodologías: mediante la búsqueda de palabras clave a través de relaciones lógicas, los llamados operadores booleanos.
Un ejemplo de este enfoque es el llamado indicador de Incertidumbre sobre las Políticas Económicas, conocido como EPU (siglas en inglés de Economic Policy Uncertainty). Este indicador se construye a través de la búsqueda en una gran base de artículos de prensa de palabras clave relacionadas con incertidumbre y políticas económicas.
El Banco de España ha desarrollado este tipo de indicadores EPU de incertidumbre para España y para los principales países de América Latina, que actualiza mensualmente y que se pueden descargar desde su web.
Los indicadores de incertidumbre permiten identificarla, cuantificarla y estimar sus efectos sobre la economía.
¿Cómo ayuda la Inteligencia Artificial a asignar la incertidumbre a ciertos temas?
La Inteligencia Artificial (IA) también se está empezando a usar para medir la incertidumbre. En este caso, las máquinas (o algoritmos) aprenden de forma automática y autónoma sobre los diferentes tipos de incertidumbre que se aprecian en el contenido de las noticias.
El siguiente gráfico muestra las diferencias entre los EPU descritos y los obtenidos con la IA.

¿Cómo identifica y asigna la IA esta incertidumbre temática? El siguiente gráfico lo describe en detalle. A partir de la misma base de artículos que se utiliza para construir el EPU convencional, el algoritmo detecta palabras que suelen aparecer juntas y forma temas a partir de ellas. Por ejemplo, el algoritmo asociará palabras como “conflicto”, “guerra” o “sanción” a un tema, mientras que palabras como “energía”, “petróleo” o “electricidad” se asociarán a otro tema. Después, la IA asocia estos temas a cada artículo.

En una segunda fase, el investigador etiqueta los temas. Así, continuando con el ejemplo anterior, vinculará el primer grupo de palabras a incertidumbre geopolítica y el segundo grupo de palabras a energía. Con ello, se construyen indicadores temáticos cuya evolución puede seguirse a lo largo del tiempo.
Los indicadores EPU y los construidos con IA ofrecen información continua sobre la naturaleza, magnitud y evolución temporal de la incertidumbre. Permiten a los economistas valorar mejor los riesgos que rodean al escenario económico y cuantificar su posible impacto sobre la actividad. La incertidumbre es inevitable, pero midiéndola e integrándola en el análisis nos ayuda a hacer frente a sus consecuencias.
FUENTE: Banco de España | Autores: Corinna Ghirelli – Andrés Azqueta-Gavaldón
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