Carrillo está al frente de Grupo Metalia, referente en comunicación industrial y líder en los sectores de Defensa y Seguridad, con cabeceras tan influyentes como Infodefensa, IndustryTALKS, Infoespacial e Infodron. Además de su actividad editorial, el grupo impulsa ferias y eventos corporativos, reforzando el papel de la industria española en mercados cada vez más competitivos.

En esta entrevista, comparte su visión sobre el impacto de las inversiones en el sector de la defensa en la región, la oportunidad que representan los programas europeos para las pymes locales y el papel de la innovación y la formación en el futuro del tejido industrial. Una conversación que invita a reflexionar sobre cómo Asturias puede aprovechar esta ola de transformación para diversificar su economía, atraer talento y posicionarse en la vanguardia tecnológica.

Como CEO de Infodefensa-Grupo Metalia, nos gustaría que nos explicara lo que hacen y cuáles son sus objetivos.

“Infodefensa, forma parte del Grupo Metalia, y es el medio de comunicación líder en información sectorial en español para los ámbitos de Defensa, Seguridad, Aeroespacial y Tecnología. Nuestro objetivo principal es ser el nexo de unión dentro de este ecosistema. Proporcionamos información rigurosa, especializada y en tiempo real sobre licitaciones, programas, tecnologías, análisis geopolítico y negocio corporativo. Facilitamos que las empresas, desde las grandes hasta las pymes, estén informadas, se visibilicen y encuentren oportunidades de colaboración. En esencia, trabajamos para dar transparencia al mercado y conectar la oferta y la demanda, contribuyendo así a la competitividad y el fortalecimiento de la industria española.”

Indra Group acaba de formalizar la compra de “El Tallerón”… ¿qué impacto cree que puede tener esta operación en el tejido industrial de Asturias?

“Esta operación es una extraordinaria noticia y un punto de inflexión. El impacto va mucho más allá de la propia planta. Indra no es solo una empresa, es un “anchor tenant” (un inquilino ancla) de primer nivel. Su presencia atraerá de forma natural a toda su cadena de suministro. Provocará la creación de un clúster de empresas auxiliares de alta tecnología que querrán establecerse cerca para suministrar componentes, sistemas, ingeniería o servicios especializados. Esto genera un efecto multiplicador: diversifica la base industrial asturiana, tradicionalmente vinculada al sector primario y pesado, hacia actividades de alto valor añadido, y actúa como un poderoso imán para retener y atraer talento joven y cualificado.”

Escribano Mechanical & Engineering ya ha puesto en marcha su centro de I+D en Avilés… ¿cree que esta podría ser la primera piedra para crear un ecosistema de innovación especializado en defensa propio en Asturias? ¿Cómo contribuye el sector de la industria de la defensa a la I+D+I?

“Absolutamente. Escribano es el ejemplo perfecto de una pyme tecnológica que ha crecido hasta convertirse en un referente global en su nicho, esto es, torretas y sistemas de armas remotos. Su apuesta por Avilés no es una fábrica convencional, es un centro de I+D. Esto es crucial. Sí, es la primera piedra angular de ese ecosistema. Demuestra que Asturias puede competir en la vanguardia de la tecnología.

Respecto a la contribución a la I+D+I, el sector de la defensa es, por naturaleza, uno de los mayores motores de innovación de cualquier economía. Es un sector technology-push; en otras palabras, empuja los límites de lo posible en áreas como materiales compuestos, inteligencia artificial, ciberseguridad, telecomunicaciones por satélite, propulsión o sensores. Gran parte de esa tecnología acaba teniendo aplicaciones civiles porque tiene uso dual, y beneficia a otros sectores productivos. La demanda de soluciones militares extremadamente robustas, seguras y de alto rendimiento impulsa la innovación y la inversión continua en investigación.”

El Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa impulsa el desarrollo de tecnologías duales… ¿Cuáles son los grandes desafíos de las tecnologías duales?

“Los desafíos son significativos pero superables. En primer lugar, es preciso trabajar en un cambio de cultura y mentalidad. Tradicionalmente, el mundo civil y el militar han operado en esferas separadas. El mayor desafío, en este sentido, es tender puentes, crear un lenguaje común y fomentar la colaboración entre startups tecnológicas, que son muy ágiles y tienen mentalidad disruptiva, y la industria de defensa, que se caracteriza por ciclos largos y exigentes requisitos de certificación.

En el capítulo del marco regulatorio y la exportación, toca gestionar la doble naturaleza de los productos y esa tarea es compleja. Una tecnología con aplicaciones militares está sujeta a estrictos controles de exportación, por ejemplo, el régimen ITAR estadounidense. Las empresas civiles que se adentran en este mundo deben aprender a navegar esta burocracia sin asfixiar su agilidad.

Por otro lado, el desarrollo en defensa es caro y los ciclos de venta son largos. Las pymes innovadoras necesitan mecanismos de financiación público-privada que apuesten por ellas y les ayuden a asumir el riesgo hasta que el producto sea adquirido.

Finalmente, en un entorno de colaboración entre universidades, centros de investigación, pymes y prime contractors, la protección y gestión de los derechos de la propiedad intelectual generada conjuntamente representa un importante reto.”

¿Qué oportunidades pueden ofrecen los programas europeos de Defensa para las empresas asturianas y, en concreto, para las pymes?

“Los programas europeos, como el Fondo Europeo de Defensa (EDF, por sus siglas en inglés) son una oportunidad histórica. Bruselas quiere fomentar la colaboración transnacional y la integración de cadenas de suministro europeas. Para una pyme asturiana, esto significa acceso a proyectos a gran escala. Podrían participar, aunque sea como subcontratistas o proveedores especializados, en megaprogramas como el FCAS, el avión europeo de combate, a los que nunca habrían podido acceder solas.

También abre la puerta a la financiación directa para I+D. El EDF cofinancia el desarrollo de tecnologías innovadoras. Una pyme con una buena idea puede recibir fondos europeos para desarrollarla, reduciendo su riesgo.

Los programas europeos, además, ofrecen visibilidad y networking. Participar en consorcios les permite relacionarse con las grandes empresas líderes como Airbus, Leonardo o Indra, y demostrar su valía, favoreciendo la oportunidad a futuros contratos.

Tampoco debemos olvidar la internacionalización pues los fondos europeos son una vía perfecta para dejar de ser una empresa local y convertirse en un proveedor europeo reconocido.”

El sector de la defensa genera el 5% del empleo industrial de Asturias… ¿se convertirá en el gran tractor de empleo estable y de calidad en el Principado?

“Tiene un potencial enorme para ser uno de los grandes tractores, junto con otros sectores en auge como las energías renovables o la economía digital. La clave de su valor no es solo el número de empleos, sino su calidad. Son empleos estables, de alta cualificación, bien remunerados y con un fuerte componente de I+D. Precisamente el perfil de empleo que necesita Asturias para rejuvenecer su mercado laboral y evitar la fuga de talento. No sustituirá a otros sectores, pero sí diversificará y enriquecerá la cantera de empleo industrial de la región.”

Y si hablamos de empleos indirectos, ¿en qué medida puede beneficiar la apuesta por este sector al resto del tejido empresarial asturiano?

“El efecto indirecto será igual o más importante que el directo. Beneficiará a empresas de ingeniería y consultoría, por la necesidad de servicios de diseño, cálculo, simulación, etc; al sector IT y de ciberseguridad, para el desarrollo de software embebido, comunicaciones seguras o Big Data; a centros de mecanizado y fabricación de Precisión, para producir componentes metálicos y composites de alta tolerancia; a universidades y centros de FP para cualificar a los trabajadores; a empresas de logística, certificación, ensayos no destructivos, etc. En resumen, se creará un ecosistema completo de innovación y fabricación de alto valor.”

¿Qué retos debemos superar para responder con agilidad a las necesidades del sector y no dejar que pase la ola?

“El principal reto es la agilidad y la coordinación. Debemos formar y atraer talento.  Actuar ya con planes de estudio específicos, como la FP Dual y los másteres especializados, para evitar el cuello de botella de la falta de personal cualificado. Es imprescindible trabajar desde la escuela y buscar el interés de las niñas para que mejore el acceso de la mujer a las carreras STEM. Buscar referentes femeninos es una solución, pero existen otros. 

Otro desafío recurrente es simplificar el papel de la Administración. Agilizar la concesión de licencias, facilitar suelo industrial preparado (plug&play) para que las inversiones no se frenen por trámites burocráticos lentos.

También es fundamental fomentar la colaboración público-privada. Que las instituciones, universidades y empresas trabajen codo con codo para alinear oferta formativa con demanda real y para presentar proyectos conjuntos a las convocatorias europeas.

Y crear un ecosistema conectado, promoviendo clústeres y redes que faciliten que una pyme con capacidad se ponga en el radar de un prime contractor como Indra o Escribano.”

La política de reindustrialización del Gobierno pone especial atención a zonas afectadas por la descarbonización… ¿cree que es el momento de atraer inversiones para las comarcas más castigadas por la desindustrialización?

“Sin duda. Asturias es un claro ejemplo de región que puede beneficiarse de estas políticas. La instalación de estas fábricas de alta tecnología en zonas que necesitan una reconversión económica es el modelo ideal. Aprovecha infraestructuras existentes, como los puertos del Cantábrico o suelos industriales ya preparados, y ofrece una alternativa de futuro a las comarcas que han dependido históricamente del carbón y el acero. Es una oportunidad única para una transición justa hacia una industria del siglo XXI.”

Esta también es una oportunidad para retener y atraer talento… ¿deberían las instituciones académicas de la región empezar a trazar un plan de educación y de colaboración con empresas?

“No solo deberían, es una urgencia. La planificación debe empezar ya. Las instituciones académicas como la Universidad de Oviedo o los centros de Formación Profesional deben crear mesas de trabajo permanentes con las empresas del sector; desarrollar grados y másteres especializados en ingeniería aeronáutica, sistemas de defensa, ciberseguridad aplicada o robótica; impulsar la Formación Profesional Dual de máxima calidad, con currículos adaptados a las necesidades específicas de estas fábricas; fomentar los doctorados industriales y proyectos de fin de grado/master en colaboración con las empresas.

La meta es que un joven asturiano sepa que puede formarse y desarrollar una carrera de alto nivel en Asturias, en este sector.”

Para finalizar, algún mensaje que le gustaría trasladar a las empresas asturianas…

“Aprovechen la ola de oportunidad, pero no esperen a que llamen a su puerta. El sector de la defensa es exigente y requiere proactividad, pero es muy rentable. Les animo a que se informen, se especialicen, se certifiquen y, sobre todo, a que se hagan visibles. Que acudan a ferias, participen en misiones comerciales, utilicen medios especializados como el nuestro para mostrar sus capacidades y exploren las oportunidades de colaboración. Las grandes empresas necesitan proveedores robustos y fiables. Asturias tiene una tradición industrial de excelencia que puede reconvertirse en una ventaja competitiva en este nuevo panorama. Es el momento de dar el paso.”