¿Hormiga o cigarra?

La cigarra se reía de la pobre hormiga cuando, en pleno verano, trabajaba sin parar acumulando comida para el invierno. Como se veía venir, las tornas se dieron muy rápido la vuelta y, con la llegada del invierno, la pobre cigarra no tenía qué comer, pero la hormiga contaba con un almacén lleno de provisiones.

Al igual que en la fábula de la cigarra y la hormiga, la gestión de la tesorería en las empresas es un ejercicio de previsión que, en muchos casos, puede ser clave para la supervivencia del negocio. Sin embargo, la realidad económica actual lleva a que ser simplemente previsor ya no es suficiente.

El fin de los tipos de interés negativos que se produjo hace meses ha dejado de penalizar las grandes cuentas de empresas mantenidas en depósitos a la vista. No obstante, la incertidumbre creciente actual, en un entorno geopolítico inestable, junto con una tasa de inflación persistente por encima del objetivo de los bancos centrales, lleva a que el coste de oportunidad de mantener altos volúmenes de fondos paralizados, sin obtener un rendimiento por parte de los mismos, sea demasiado alto.

El desarrollo de los mercados financieros, así como de los catálogos de productos bancarios, abre un abanico de oportunidades casi personalizadas a cualquier necesidad financiera. Según el horizonte temporal al que el excedente de tesorería no precise un uso orgánico, se deberá elegir un producto u otro, siempre teniendo en cuenta los riesgos asociados a cada uno de ellos.

Es probable que en este trabajo se precise de un experto en la materia, que analice cada caso concreto, cada necesidad específica, y pueda facilitar el arduo trabajo de análisis de cada una de las opciones financieras que existen en el mercado. Un asesor financiero, un gestor de empresas o, incluso, un gestor de patrimonios, son figuras que pueden facilitar de manera notable la misión de sacar todo el rendimiento posible a los excedentes de liquidez.

Ojalá la gestión de una tesorería pudiera hacerse desde la perspectiva de la cigarra. Sin embargo, una buena hormiga ya no sólo proveerá para el invierno, sino que buscará la forma de que ese almacén crezca por sí mismo, quizá apoyándose en otras especies del reino animal.

Arturo González, director de Tesorería y Gestión Financiera. 

Nereida González, CAIA y analista del área de Tesorería.

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