Entrevistamos al nuevo presidente de la patronal del metal sobre su visión y los retos a los que se enfrenta el sector en Asturias.
Hace pocos meses ha llegado a la Presidencia de Femetal, avalado por una excelente trayectoria profesional y empresarial. ¿Cuál considera que es su principal reto al frente de la patronal del metal?
«En primer lugar, quiero que FEMETAL sea la voz de los empresarios y empresarias del sector ante las adversidades y complejidades del entorno económico que estamos viviendo, para que el metal siga siendo una actividad estratégica en la región y para que las empresas ganen competitividad en el mercado. En segundo lugar, haré hincapié en la necesidad de que las empresas se digitalicen y apuesten por la Innovación, como elemento diferenciador. Trabajaremos para fomentar la integración de las pequeñas y medianas empresas en las principales cadenas de valor como suministradoras de producto y servicio de las empresas tractoras a nivel nacional e internacional. Las empresas del metal de Asturias se caracterizan por su capacidad tecnológica, de conocimiento, con alto valor añadido e innovación y reúnen todas las condiciones para formar parte de los diferentes PERTES que se proyectan en la región. Y en último lugar, potenciar la formación profesional industrial dual y la atracción de jóvenes a nuestro sector para solventar la escasez de profesionales cualificados que desde hace años sufren las empresas.»
Parece que los analistas se ponen de acuerdo en calificar de «difícil» la coyuntura económica de los próximos meses. El diagnóstico lo conocemos. ¿Qué propone hacer para minimizar los impactos económicos en la situación actual?
«Son muchos los impactos que está sufriendo la industria del metal en Asturias derivados de la coyuntura internacional y en los que tenemos poca capacidad de acción, por ejemplo, en los costes de las materias primas, por que es un problema global. Sin embargo, no puedo decir lo mismo con los costes energéticos, o con el cierre de las centrales térmicas, donde se ha destruido empleo directo e indirecto que no se ha sustituido. Por estas razones es decisivo que los fondos para la transición justa sean una realidad cuanto antes. Tenemos que avanzar hacia una armonización fiscal para evitar la fuga de capitales hacia otros territorios con menos presión fiscal principalmente en el tipo marginal del IRPF para las rentas elevadas, el impuesto de sucesiones y donaciones o el de Patrimonio. Y necesitamos una administración pública moderna y digitalizada para que no sea un obstáculo en el desarrollo de inversiones o proyectos de las empresas. Una administración ágil que esté a la altura de las necesidades de las empresas.»
Una de las palancas que, usada eficazmente, podría resultar muy beneficiosa en el entorno actual son los Fondos Europeos. ¿Están llegando a las empresas? ¿Pueden tener el efecto dinamizador y transformador que se esperaba de ellos?
«En mi intervención de la Asamblea fui muy claro y conciso con este tema. Los fondos europeos deben llegar a aquellos agentes con capacidad para generar efecto multiplicador de los mismos. Es decir, las empresas. Pero su enrevesada tramitación y el exceso de burocracia están ocasionando que estas ayudas sean casi inaccesibles. La excesiva atomización de las convocatorias y un limitado enfoque innovador en su diseño constituyen dos importantes obstáculos. Y buena prueba de lo que digo es que solo 1 de cada 4 euros procedentes de Bruselas ha llegado a las empresas. Se está limitando el impacto de los fondos europeos para la recuperación económica.»
Tal vez dos déficits de las empresas asturianas sean el tamaño y la internacionalización, tan ligados. ¿Qué caldo de cultivo hace falta para lograr un mayor tamaño de nuestras empresas y una mayor actividad exterior?
«Efectivamente, nuestro sector se caracteriza por ser un sector atomizado, en el que las pequeñas empresas suponen el 95% del tejido empresarial, y concentran en torno al 30% del empleo, mientras que el 5% restante corresponde a grandes corporaciones, con más de 200 empleados, y medianas empresas (entre 50 y 199) que aglutinan el 70% del empleo, del cual el 40% corresponde a empresas metalúrgicas.
Esta condición nos invita a potenciar la cooperación empresarial y a trabajar en la integración de las pymes en las principales cadenas de valor. Tenemos que trabajar con las grandes empresas tractoras para que opten por tecnología y capacidad de las pequeñas y medianas empresas autóctonas que, a su vez, deberán asumir el reto de abordar procesos de concentración, agrupación, partenariado o colaboración con otras empresas para poder abordar el mercado global. Esta es una de las principales actuaciones que desarrolla FEMETAL con el clúster impulsado por nosotros desde hace seis años, El Clúster de Fabricación Avanzada, MetaIndustry4.»
Otra reclamación empresarial creciente es la falta de mano de obra cualificada. Vd demanda «educar para el empleo». ¿Hay visos de resolver este problema?
«Aunque partamos de la base de que el problema principal es demográfico, la clave es la educación para el empleo desde edades muy tempranas, pero requiere cambios notables en el modelo educativo. Mientras tanto, hay fórmulas para tratar de aplacar la escasez de profesionales cualificados, que en algunos casos está impidiendo el relevo generacional, tanto a nivel profesional como empresarial. Es prioritario promover la formación en el lugar de trabajo con períodos de prácticas, con modelos de aprendizaje dual de calidad, para apoyar la transición de la formación al empleo. Una formación profesional dual que sea la respuesta a las necesidades laborales de las empresas. Y por supuesto, una formación dual universitaria. Se están dado pasos en este ámbito. Por una parte, el Gobierno del Principado está trabajando en un modelo de FP Dual, en el que descargamos grandes expectativas, ya que se trabajará conjuntamente entre los centros de formación y las empresas todo el aprendizaje teórico y práctico de las competencias necesarias para trabajar en el Sector Metal. La EPI pondrá en marcha un grado y máster en la modalidad de dual. Y desde FEMETAL tratamos de crear los canales oportunos para que fluya la comunicación entre empresas, alumnos y centros de formación. Solo así seremos capaces de dar respuestas a las necesidades de las empresas.»
Las empresas del metal siguen siendo un valor para Asturias. No sólo generan riqueza, sino que contribuyen a mejorar la marca «Asturias» fuera de nuestra comunidad, y muchas son un ejemplo de transformación digital y resiliencia. Tenemos que apoyarlas y reconocerlas…
«Las empresas son ahora mismo las principales creadoras de riqueza, empleo y bienestar, y en base a esta condición deberían ser el eje principal de la estrategia económica de la región. La difícil coyuntura que está viviendo la empresa asturiana desde hace 10 años, -primero una crisis financiera, una pandemia, y ahora una guerra- está provocando un estrangulamiento de los márgenes. La industria del metal no es diferente al resto del tejido productivo. Aunque seguimos creciendo en actividad, la ralentización de la recuperación es ya palpable, pues el constante incremento de costes estructurales -materias primas, energía, logística- esta frenado el crecimiento y la nueva inversión.
Me pregunta si hay que apoyarlas. Y mi respuesta es contundente. Hay que reconocer la labor del empresariado, siempre demonizada, porque somos los que arriesgamos y aportamos valor a la sociedad. Y hay que favorecer la actividad económica en un entorno amigable, que invite a la inversión. Sin empresas, que tengan beneficios y contraten a personas, no puede haber consumo, ni impuesto sobre sociedades, ni cotizaciones a la seguridad social, ni IRPF.»
Para finalizar, y a pesar del contexto, seguro que hay un mensaje alentador que trasladar a las empresas asturianas…
«Siempre. Dicen que los empresarios somos grandes soñadores. Siempre miramos hacia adelante. Hacia el futuro. Y nuestro sector tiene mucho futuro. Hay capacidad, hay tecnología, hay recursos profesionales de primera categoría, hay mucho valor añadido en la fabricación avanzada. Si a esto le sumamos las grandes oportunidades que la adversidad trae pareja, nuestro sector tiene excelentes mimbres para seguir creciendo y para seguir siendo un gran referente tanto a nivel nacional como internacional.»
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