Entrevistamos a la profesora de «Responsabilidad Social de la Empresa», Eugenia Suárez Serrano, del departamento de Administración de Empresas de la Universidad de Oviedo sobre la publicación del libro «La Agenda 2030 en Asturias: buenas prácticas empresariales y organizativas», del que es coautora junto a Pilar González Torre y Eduardo del Valle Tuero.
¿Qué es «La Agenda 2030 en Asturias: Buenas prácticas empresariales y organizativas» ? ¿Cómo surgió el proyecto?
«Es una publicación, financiada por la Consejería de Presidencia del Principado de Asturias, y elaborada junto con otros dos compañeros del Departamento de Administración de Empresas de la Universidad de Oviedo: Pilar González Torre y Eduardo del Valle. Llevaba tiempo pensando en hacer un libro de carácter práctico para la asignatura que imparto, Responsabilidad Social Corporativa, que se centrase en casos de empresas asturianas. Coincidí en un acto con el Director General con competencias en Agenda 2030 en la primavera de este año, surgió el tema y de forma casi inmediata empezamos a colaborar para hacer posible el proyecto.»
¿Cuáles son los grandes retos de la sostenibilidad?
«La sostenibilidad requiere que todos asumamos nuestra parcela de responsabilidad. Administraciones públicas, empresas, tercer sector y sociedad civil debemos contribuir y aliarnos para conseguir un desarrollo más sostenible. Además, es fundamental encontrar el equilibrio entre las distintas esferas de la sostenibilidad: económica, social, medioambiental y gobernanza, pero también entre las dimensiones interna y externa. Por ejemplo, no se consigue la sostenibilidad proyectando una imagen responsable hacia fuera y descuidando a los grupos de interés internos, como los recursos humanos. Afortunadamente, la cosmética y el greenwashing son cada vez más residuales. Estoy segura de que solo encontraremos el “Plan B” con coherencia.»
¿Qué papel juegan las empresas asturianas en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible? ¿Cuál es su grado de implicación en concreto el de la Caja y su Fundación?
«El libro recoge 63 buenas prácticas de 57 empresas y organizaciones localizadas en Asturias que, desde distintas ramas de actividad económica, han incorporado la responsabilidad social y los ODS como elementos de transformación de sus políticas y estrategias, contribuyendo con sus acciones a la sostenibilidad. Esto es solo una muestra de lo mucho que se hace y se puede llegar a hacer desde el tejido empresarial asturiano. En cuanto a la Caja y su Fundación, considero que se refleja muy bien el equilibrio al que aludía antes. Mientras que las acciones y alianzas de la Fundación se enmarcan claramente en la dimensión externa de la sostenibilidad, la obtención del sello “Great Place to Work” supone un reconocimiento a la responsabilidad interna de Caja Rural de Asturias, entidad comprometida con la creación de valor compartido y que pone en el centro de su estrategia a las personas.»
¿Qué beneficios reporta contribuir a cumplir con estos compromisos?
«La Agenda 2030 permite a las empresas tener un papel más activo y participar en el reto global del desarrollo sostenible como agentes del cambio. No es posible la consecución de los ODS sin un sector privado responsable, sostenible e implicado. A través de los ODS, de sus metas e indicadores, el mundo empresarial y organizativo puede guiar sus políticas de RSC, con fines claros y medibles, y alinear sus preocupaciones sociales y medioambientales de forma más sólida con sus modelos de negocio, reduciendo los riesgos reputacionales, mejorando su competitividad y abriendo nuevas oportunidades de negocio y colaboración.»
Las pymes son las mayores generadoras de empleo y riqueza. Según la ONU, debido a esto, son actores claves para el cumplimiento de los objetivos. ¿De qué manera pueden colaborar para alcanzar estas metas?
«No me cabe duda de que las PYMES son en el día a día motor de productividad, de crecimiento económico inclusivo y de creación de empleo, por lo que juegan un papel destacado en la consecución de la Agenda 2030. La propia ONU hace un llamamiento a todas las organizaciones, desde las microempresas y cooperativas hasta las multinacionales, para que apliquen su creatividad e innovación a la resolución de los desafíos del desarrollo sostenible. En este sentido, las empresas pequeñas pueden ser un referente en sostenibilidad, pues son más flexibles y generan menos impactos negativos sobre su entorno. De hecho, en nuestro estudio, el 77% de las buenas prácticas recogidas son de PYMES.»
¿Qué herramientas tienen a mano las empresas para poder implementar acciones que les permitan alinearse con los ODS? ¿Por dónde pueden empezar para lograr ese compromiso?
«La implicación empresarial en la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible crea un espacio de oportunidad muy atractivo para las empresas. Por ello, de la mano del resto de actores, se espera de ellas que construyan los ODS en áreas como el crecimiento inclusivo, la salud de su personal, la innovación, la gestión sostenible de los recursos, el acceso a las energías renovables y el empoderamiento de las mujeres. Se trata más de generar beneficios de forma responsable, creando valor compartido, que de ser filantrópico. Resulta significativo, al respecto, que más del 90% de las buenas prácticas analizadas en el libro hacen referencia a acciones vinculadas con la actividad principal de la organización.»
A raíz de la pandemia, la salud y el bienestar de los empleados han pasado a primera línea. ¿Cree que han cambiado las prioridades?
«Ya antes de la pandemia el ODS 3 estaba entre los prioritarios para las empresas. Varios estudios realizados, a nivel internacional por OXFAM y KPMG en 2018 y a nivel nacional por la Red Española del Pacto Mundial en 2020, sitúan la salud y el bienestar de las personas empleadas entre los ODS más importantes para las empresas. En España, los análisis realizados tanto por DIRSE como por FORETICA destacan que la larga duración de la pandemia está incrementando la relevancia de las cuestiones vinculadas al bienestar y la salud mental y psicológica de las plantillas. Esta tendencia también se refleja en nuestra investigación, ya que el ODS 3 sería el cuarto objetivo más importante en las 63 buenas prácticas recogidas.»
¿Cuáles son las palancas que acelerarán la acción y elevarán la ambición en este tema?
«El principio de subsidiariedad que subyace en la Agenda 2030, por el que cada uno de los objetivos y de las metas deben ser gestionados por los sectores y por los actores más capacitados para responder a cada uno de ellos, implica necesariamente la creación de alianzas que mejoren los recursos y capacidades en el cumplimiento de los ODS. El éxito de la Agenda 2030 será indudablemente un éxito compartido, tal y como señala el ODS 17. Por lo que para que esta ambiciosa hoja de ruta sea eficaz (poner fin a la pobreza, proteger el medio ambiente y garantizar la paz y prosperidad para 2030), es necesario establecer alianzas entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil que favorezcan círculos virtuosos de colaboración.»
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