La Asociación Asturiana de  Empresa Familiar (AEFAS) tiene como misión ser referente institucional, social, empresarial y académico en todo lo relacionado con la empresa familiar en el Principado de Asturias. Hoy hablamos con su presidente Jose Mª Salazar, consejero delegado del Grupo Tartiere Auto, sobre la visión y los retos de esta entidad.

Las empresas familiares representan más del 88% del tejido productivo en España ¿Qué papel juega la empresa familiar en la economía asturiana?

“Las empresas familiares jugamos un papel fundamental en España y también en Asturias, ya que somos grandes empleadores. En nuestra comunidad, donde nueve de cada diez empresas son familiares, aportamos el 60% del PIB regional y generamos cerca del 80% del empleo privado, de forma que es imposible concebir la economía asturiana sin el motor que representa este tipo de negocios.”

Desde su perspectiva y experiencia, ¿Cuáles son los grandes retos de la empresa familiar asturiana? ¿Qué peculiaridades la diferencian del resto de empresas?

“Si nos alejamos de los asuntos coyunturales de estos últimos tiempos que todos conocemos, el tamaño, la digitalización, la profesionalidad y el aspecto sucesorio o relevo generacional son nuestros mayores retos, en términos generales, para la continuidad. Muchas de estas empresas se enfrentan a cambios traumáticos cuando pasan de una a otra generación. Tampoco es menor el impacto del impuesto de sucesiones.

En cuanto a las peculiaridades, destacaría que lo más importante es que tienen un gran arraigo en el territorio y que funcionan con un modelo de liderazgo y dirección familiares. Esto es una clara fortaleza: queremos vivir aquí y producir aquí -aunque, naturalmente, tenemos vocación de vender nuestros productos y servicios fuera de Asturias.

Nuestro arraigo al territorio nos hace ser un agente prioritario a la hora de fijar población y ser una parte de la solución al problema de la despoblación rural. Para ello necesitamos que, desde las administraciones públicas pongan los medios que favorezcan el desarrollo de infraestructuras digitales y de comunicación, que son básicas para que los bienes y servicios que se generan en el entorno rural lleguen, rápidamente, a los clientes.”

Uno de los temas clave de la actualidad es el reparto de los Fondos Europeos de Recuperación, los llamados Next-Generation. ¿Seremos capaces de canalizar estas ayudas de una manera efectiva en beneficio del tejido empresarial de nuestra región?

“En efecto, es una buena oportunidad en algunos aspectos como la digitalización, la sostenibilidad y la incorporación a nuevos sectores económicos, aunque por el tamaño de las compañías de este sector, tengo dudas sobre el volumen de ayudas que nos puede llegar directamente. Sin embargo, los grandes proyectos tractores incluidos en los PERTE de diferentes sectores servirán, sin duda, de transmisores de una parte de esos fondos a las pequeñas y medianas empresas.

En todo caso, el correcto y eficaz reparto de los fondos europeos depende de la gestión política. Tenga en cuenta que los organismos europeos realizarán un análisis exhaustivo de los proyectos y, si no se tramitan correctamente, esas ayudas podrían quedar invalidadas. También es necesario que agilicen los trámites. Las administraciones públicas precisan de una importante mejora de su eficiencia en la tramitación de expedientes, algo que suele ser un considerable obstáculo para nosotros.”

Como usted comentaba antes, es inevitable no hablar de empresa familiar y sucesión. En general, ¿está preparada la empresa familiar asturiana para este momento? ¿Cómo debería de hacerlo?

“Sí, es un asunto importante, pero quizá no el más acuciante en la situación actual. Lo fundamental es que el traspaso de poder dentro de la empresa familiar se haga con tiempo suficiente y siempre con criterios profesionales para asegurar la pervivencia de la misma. No es infrecuente que, cuando se plantea el relevo, se produzcan tensiones en el seno de la familia, lo que puede condicionar negativamente la decisión. En mi opinión, eso se debería solventar con la elección de la persona más cualificada para tomar el timón y con una planificación sosegada de cómo va a producirse ese cambio.”

AEFAS impulsa el programa Empresa Familiar en las Aulas para fomentar el emprendimiento entre los estudiantes asturianos. ¿Cómo surgió esta iniciativa?

El programa está impulsado en Asturias por AEFAS y cuenta con la colaboración de la Consejería de Educación del Principado de Asturias, Caja Rural de Asturias y ALSA. Tiene como finalidad fomentar el emprendimiento entre los más jóvenes mediante su contacto directo con el mundo empresarial, así como mejorar la visibilidad e importancia de las empresas y empresarios familiares en nuestro territorio.

Con anterioridad, ya se había puesto en marcha en otras cuatro Comunidades autónomas de la mano de las asociaciones de empresa familiar territoriales, en todas ellas con gran éxito.

El programa persigue promover vocaciones empresariales entre los estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato a través del ejemplo de la trayectoria de destacadas empresas familiares asturianas, mostrándoles el papel y relevancia de estas compañías en la economía y sociedad y los valores que las caracterizan, como son el esfuerzo, la constancia, el compromiso o el arraigo. Se imparten charlas por los empresarios familiares pertenecientes a AEFAS en colegios e institutos de Asturias. Posteriormente, los alumnos y sus profesores acudirán a visitar las empresas participantes, donde podrán conocer sobre el terreno su funcionamiento, organización y otras características de su actividad.”

Las instituciones empresariales (FADE, Cámaras de Comercio, …) advierten de una situación grave como consecuencia de la guerra en Ucrania. Y en concreto, por el significativo incremento de los costes (electricidad, gas, combustibles fósiles, materias primas,) que ponen en riesgo la viabilidad de empresas. ¿Cuál es su valoración de la situación actual? ¿Qué demanda AEFAS al respecto?

“No hace falta que le diga que la situación es extremadamente delicada para todos, y en especial para muchas pequeñas empresas que no disponen de los recursos financieros de las grandes. Hay que tomar medidas inmediatas para paliar el impacto del precio de la energía, naturalmente, eso es urgente para no ahogar a tantas empresas. Pero al mismo tiempo demandamos una estrategia económica de más alcance, que no se base en previsiones electoralistas. Consideramos necesaria, por ejemplo, una ampliación de los fondos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) con reducción de costes financieros y una tramitación más ágil, acciones decididas e inmediatas de contención de los precios energéticos y soluciones rápidas a la actual crisis del transporte.”